Hoy os vamos a dar unos pequeños trucos para como aflojar tuercas y tornillos agarrotados oxidados o pegados.
Un tornillo o una tuerca oxidados o agarrotados pueden convertir un proyecto sencillo en una pesadilla.
De hecho, se sabe que los mecánicos sostienen una pata de conejo de la suerte o se niegan a trabajar el viernes 13 por esa razón.
Pero quitar un tornillo atascado no depende de la suerte, sino de la preparación y las herramientas adecuadas.
Haz esto si no tienes prisa

Si puedes permitirte el lujo de planificar con antelación la extracción de un tornillo, adelántate rociando el tornillo con aceite fino afloja todo.
Un buen aceite penetrante cumple dos funciones:
Actúa como un disolvente suave que corroe el óxido y lubrica las roscas, facilitando su extracción (y reduciendo la posibilidad de que un tornillo se desprenda debido a la corrosión de la rosca).
Algunas personas hacen su propia mezcla de penetrantes, utilizando remedios habituales de los garajes, como líquido de transmisión automática, acetona y cera para bujías, pero solemos confiar en los remedios comerciales como el tipico 3 en 1 o el famoso WD-40.
Empieza con varios días de antelación y rocía el tornillo o la tuerca con un nuevo chorro de aceite cada día.
No seas tacaño: satura bien la tuerca o el tornillo. Dale al aceite penetrante una buena oportunidad de «introducirse» por las roscas del tornillo.
Si el tornillo o la tuerca están en un espacio reducido, intenta eliminar todos los obstáculos posibles (soportes, carenados, etc.) para asegurarte de que tu llave inglesa y tu barra de seguridad tienen suficiente espacio para asentarse correctamente en la cabeza del tornillo y girar.
Utiliza la herramienta correcta
Cuando llegue el momento de quitar el tornillo, coge tu llave de tubo del 12 y escóndela en el cajón de los calcetines junto al trébol de cuatro hojas: no necesitarás ninguno de los dos.
Para un tornillo hexagonal normal, utiliza una llave de tubo hexagonal. Esto reducirá la posibilidad de redondear accidentalmente la cabeza o la tuerca.
Si el tornillo en cuestión es un tornillo Allen , asegúrate de que tienes la llave del tamaño adecuado.
Coge un cepillo de alambre y elimina la corrosión de la cabeza del tornillo. Asegúrate de que el casquillo está bien colocado en el perno.
No lo hagas con una llave de palanca. En su lugar, intenta utilizar tu fiel llave de tubo para aflojar el tornillo. No quieres arriesgarte a cizallar la cabeza del tornillo con una fuerza innecesaria.
La hora de la ciencia
Si tu tornillo sigue atascado después de todo eso, llama a Arquímedes.
Arquímedes fue un antiguo griego experto en engranajes que fue el primero en explicar matemáticamente la ventaja mecánica de una palanca larga. Su famosa frase fue «Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo». En otras palabras, ayudó a inventar la palanca.
Utiliza la palanca de la barra para aplicar más fuerza de apriete a la cabeza del tornillo aplicando un poco de presión. El tacto es importante, y si crees que vas a redondear o cortar la cabeza del tornillo, para e intenta otra cosa.
Si el tornillo no sale, incluso con un mazo, es hora de ponerse en contacto con Prometeo.

En la mitología griega, Prometeo robó el fuego a los dioses y se lo dio a los mortales. Gracias a él, ahora puedes utilizar este fuego para aflojar tu cerrojo.
Calienta la cabeza del tornillo o la tuerca con un soplete. Debido a la dinámica térmica, el tornillo o la tuerca se expandirán. Con suerte, este proceso de expansión y contracción también aflojará el tornillo y romperá la corrosión que sujeta las roscas.
Por supuesto, debes tener mucho cuidado para evitar que el intenso calor te dañe. Elimina todos los disolventes y ten cuidado de no utilizar el quemador cerca de los conductos de combustible y de aceite. El soplete también fundirá rápidamente el plástico y la goma, así que ten cuidado con las anillas, los soportes y las botas. (Los mini quemadores son muy prácticos para este tipo de trabajo).
Mantén el calor en la cabeza del tornillo o la tuerca durante unos 20-30 segundos, y luego deja que se enfríe.
Aunque las opiniones varían, recomendamos esperar a que el tornillo se enfríe de nuevo antes de intentar girarlo. De nuevo, la magia de este método es el efecto de expansión que rompe la corrosión.
Llave neumática
Una llave eléctrica o neumática es el enemigo acérrimo del tornillo atascado. Si tienes la suerte de tener uno, recuerda aflojar primero el tornillo a mano: demasiado par de apriete en poco tiempo puede ser catastrófico para un tornillo oxidado.
Además del par de apriete de la llave, la acción del impacto ayudará a liberar el tornillo y a aflojar cualquier corrosión que pueda estar sujetándolo.
Mantenimiento preventivo
Hay varias cosas que puedes hacer para evitar que el perno se agarre en primer lugar.
- Par de apriete adecuado. Evita apretar demasiado los tornillos.
- Lubricante para roscas/antiagarrotamiento. Aplica un lubricante para roscas de buena calidad al tornillo o perno para evitar el gripado debido a la corrosión galvánica.
- Pinta las cabezas de los tornillos. Una simple capa de pintura en spray protegerá la cabeza del tornillo de la oxidación y la corrosión y evitará que la humedad entre en las roscas.
- No dudes en pasar un cepillo de alambre por la cabeza del tornillo de vez en cuando. Esto evitará que la suciedad y la humedad entren en las roscas.
- Añade una capa de grasa o aceite. Si no puedes pintar los cabezales, puedes rociarlos periódicamente con un aceite penetrante o aplicar una pequeña cantidad de grasa. Lo mismo ocurre con las roscas de los tornillos si están expuestas.
Esperamos que estos consejos te hayan servido de ayuda y que tu tornillo o tuerca descanse inofensivamente sobre el cemento frente a ti.
Si no es así, y has redondeado o cortado completamente la cabeza de tu tornillo, no desesperes.
Hay productos para reparar una tuerca redonda y quitar un tornillo roto, y ninguno de ellos requiere tocar madera, desear el arco iris o cruzar los dedos.